martes, 29 de abril de 2008

Sobre la legitimidad medida con el Estadio Azteca

En un país en donde los males son del conocimiento de todos y las protestas se criminalizan no nos queda más que insultar diciendo lo que uno piensa.

¿Cómo sentirse afín con un presidente que ganó con medio punto de diferencia? Se dice que en los Estados Unidos Mexicanos se ejerce una democracia representativa en donde “el pueblo delega la soberanía en autoridades elegidas de forma periódica mediante elecciones libres”. Éste es el régimen político que las personalidades destacadas del Congreso Constituyente de 1917, en Querétaro y convocado por Venustiano Carranza decidieron plasmar en la Constitución Política de México, convencidos de que sería el mejor para un país con las heridas todavía abiertas de su gran revolución. Si el señalamiento es más que obvio, me permito cautelosamente lanzar otra pregunta ¿en qué podríamos comparar la realidad social mexicana de 1917 con el contexto que hoy vivimos en el 2008? En corto ¿en qué se parecen esas dos sociedades mexicanas, dejando de lado el gentilicio? ¿A dónde voy? Pues a atreverme a aseverar que se parecen en casi nada se parecen las dos. ¿Qué tipo de Constitución publicarían en el Diario Oficial de la Federación las personalidades destacadas de la política si les encomendáramos dicha tarea? ¿En qué tipo de régimen político nos meterían? Es demasiado ponerse a jugar a la bola de cristal pero dentro de todo, de lo que me gustaría hablar es de lo que generan las elecciones libres en una democracia representativa; la legitimidad para ejercer el poder.

Esa legitimidad de la que tanto se habla, pero que poco se explica es meollo de los más grandes teóricos de la política. La legitimidad al final, es la facultad que recibe el elegido para cumplir el mandato de los electores. Éstos aceptan a su vez, cederle su capacidad para decidir y hacer leyes en una sociedad democrática en donde la organización gubernamental es indispensable para vivir en paz. Pero quisiera no meterme en los espirales teóricos que mucho difieren de nuestra realidad ya que hoy en día se autodefine ‘legítimo’ cualquier simpático que se sienta apoyado por su respectiva minoría. Sobre esta respectiva minoría quiero tratar de ahondar. Si aceptamos los resultados oficiales de las elecciones del 2006 (hace casi dos años ya), Felipe Calderón es el ganador de la contienda y por ende el presidente de México. De un padrón electoral de poco más de 73 millones de personas le empiezo a restar el abstencionismo. Me quedo con un número más compacto, 41 millones 791,322 de mexicanos que efectivamente votaron y cuyos votos quedaron contabilizados ese dos de julio. Por ahí cuando trabajé propagandeando en las redes sociales de AMLO me contaba mi jefe que el voto es el único gesto político que nos hace iguales a todos –todos tenemos derecho a uno, indiferenciadamente mi voto se contabiliza y tiene el mismo valor que el de cualquier otra persona en el país- me decía él a cada rato convencidísimo. Después de darle algunas vueltas en la cabeza hoy me gustaría comentarle que el voto de Carlos Slim no tiene el mismo peso que el de Carlos Cortés, se pesan con balanzas muy diferentes pues.

Decía que casi 42 millones de personas fueron las que lograron ejercer su voto el dos de julio del 2006. Siguiendo con la lógica decreciente de la respectiva minoría no es mi propósito el estacionarme en los detalles controvertidos de un electorado que se partió en dos, los que hicieron que en los estados del norte del país ganara FeCal y los que pintaron de amarillo AMLOita a los estados del sur más el DF y Baja California Sur. En lo que me gustaría centrar toda esta opinión es en la diferencia de votos que hubo entre el primer y el segundo lugar de la competencia. Medio punto porcentual le dio la victoria al que le dicen el ‘presidente espurio’, pero tampoco me interesa su calidad moral sino que el valor numérico de ese tan famoso medio punto porcentual que definió la elección. El número mágico de esta entrada es 243 mil 934 votos; lo que yo traduciría, para tener una referencia clara, como dos llenos del Estadio Azteca. Poco menos que la gente necesaria para llenar el Estadio Azteca dos veces es la diferencia de votos con la que se decidió la suerte del elegido, osea algo así como un clásico América Chivas y un encuentro entre la Selección mexicana y la de Estados Unidos. La historia que viene después la sabemos de memoria pero ¿por qué se hablará tanto de la búsqueda obsesiva de legitimidad de la parte de Calderón y del gobierno itinerante del ‘legítimo’ Obrador? Yo diría que la razón principal es precisamente eso de lo que más carecen tanto uno como el otro, de legitimidad.

¿Cómo sentir que la silla presidencial le pertenece realmente a Felipe Calderón si ganó con medio punto de diferencia? Poco menos de 244 mil personas que inclinaron la balanza hacia la derecha terminaron decidiendo la dirección política que tomará México hasta el 2012. Es de hecho esta respectiva minoría la que definió la elección. Oficialmente 15 millones 284 personas decidieron que FeCal era la mejor opción para el país, ¿podemos llamarle a eso legitimidad? Ellos lo coronaron y como resultado son 88 millones 263,104 almas las que deberemos reconocerlo como nuestro presidente. Yo digo que es ése uno de los más grandes problemas que seguirá determinando la suerte de los gobiernos que tendremos en esta realidad política a la que no estamos acostumbrados y en la que vivimos desde el año dos mil.

La incapacidad que posee nuestra sociedad para reflexionar acerca de la palabra democracia continúa siendo el principal freno al proceso de adaptación de un régimen político occidental que fue importado por Carranza y compañía en un contexto que evidentemente poco o nada tiene que ver con el nuestro. Como un dato más, ante esos 243 mil 934 votos que hicieron la diferencia, al día de hoy estamos registrados 12 millones 620,428 jóvenes de entre 18 y 24 años en el padrón electoral. Podría apostar a que es más que suficiente para cambiar los parámetros con los que se le otorga legitimidad a cualquiera de esos que se hacen llamar políticos. Muy pocas veces nos enseñan que la hipocresía social se comporta como el lado B de la antipatía, aquellos que practican el valeverguismo (término que aprendí en el segundo sábado en mi servicio militar) que se manifiesta en frases como “todo está mal, no hay nada por hacer, esto es una mierda, etc…” insultan la capacidad que tiene toda persona para sacar la cabeza y darse cuenta del ambiente en el que estamos inmersos. Aquellos que siguen predicando la ley de Herodes me parecen los mismos que se dejan pisar por los priístas, engañar por los perredistas y ahorcar por los panistas. El voto razonado de los jóvenes deberá ser el antídoto para que dos llenos del Estadio Azteca no sigan decidiendo la suerte de los políticos cuyo trabajo es el dirigir la organización de nuestras ciudades.

sábado, 26 de abril de 2008

Antología

Creo que poco a poco se me ha estado desarrollado una fascinación por las interpretaciones femeninas que te dejan queriendo escucharlas más cada que consumes su voz en alguna de sus canciones. En esta pequeña antología quería compartirles tres piezas hermosísimas en donde la interpretación en vivo corona tres estilos muy diferentes. Lo que se escucha igual son los ovarios que las tres le ponen. La primera, la enorme Nina Simone con “I ain’t got no… I got Life”, una de las leyendas del jazz, activista y de la que me gustaría hablar con más detalle en otra publicación que le haga justicia a su grandeza. Se las dejo con la recomendación casi imperativa de que le suban el volumen.

Como segunda intervención tengo el placer de presentarles “I’ve got you under my skin”, originalmente de Sinatra pero que en este video es finísimamente interpretada por Diana Krall en un concierto en París. Disfrutadla en volumen bajito y por favor con alguien a lado para que no se humedezcan las pupilas.

A esta modesta antología quería agregarle una mujer que me causó enorme desconfianza cuando por primera vez escuché hablar de ella. La razón, sus adicciones –cualquier artista del que hablen más de las veces que se droga que de su música, es más un drogadicto y menos un artista- me dije, ignorando su repertorio y sin ningún fundamento. Cuando escuché la siguiente canción me sentí con demasiados prejuicios ante aquellos que se drogan públicamente. “Love is a loosing game” de Amy Whinehouse me convirtió en admirador sincero de su música. La manera en que improvisa es genial.

Asimismo aprovecho para lanzar la convocatoria para sugerir cualquier tipo de interpretación femenina capaz de poner la piel de gallina. El estilo es evidente.

Un Pequeño Viaje

La otra vez, creo que el año pasado en una de esas noches grises y lluviosas típicas de por acá, me encontraba en una “petite soirée” muy a la francesa con los sentidos un poco “liberados” y pensando en qué pensar cuando de la nada un amigo sacó la pregunta: ¿Cuál razón sería buena para suicidarse? Después de un breve silencio las respuestas dudosas comenzaron a fluir –Yo, si me entero de que tengo una enfermedad degenerativa- dijo uno, -Si me quedo sin familia, seguro que no tendría mejor razón- soltó otro que la pensó un poco más, -Yo creo que si me enterara de que mi vida ya está escrita y que haga lo que haga mi historia ya no tiene para dónde- dijo una amiga que nos volteó a ver cara por cara y que seguro se dio cuenta de nuestras expresiones nada convencidas. Justo antes de que me tocara a mí responder, un amigo defeño (éramos los dos únicos no-europeos de la noche) de la gloriosa república de Iztapalapa se me adelantó y orgullosamente contestó –No mames, si me quitan el ‘yutub’ yo sí me doy un tiro- [el ‘no mames’ lo utilizó como introducción literalmente en español a la frase que terminó en francés]. La aseveración resultó tan completa y llena de humor que las carcajadas de todos nosotros estallaron apenas terminaba de decirla. El imperativo de pensar cinco veces cualquier opinión y la necesidad inmensa que tiene un francés de criticar constantemente resultan muchas veces en este tipo de reuniones en donde los momentos de silencio ya no se perciben como incómodos, puesto que son comunes.

El arte de improvisar pone siempre a los latinos (gentilicio que utilizo con demasiada incredulidad) que vivimos en este lado del mundo como las personas más alegres en cualquier reunión o fiesta por muy reducida que esta sea, ya que acá todo parámetro se reduce. Total que la intervención acerca del ‘yutub’ tan aplaudida en esa noche, me hizo pensar en tan maravilloso instrumento que tenemos a la distancia de un click. Me acuerdo que una vez leí un artículo sobre la gran diferencia que existe entre la visión de Microsoft y la de Google, que explicaba precisamente que el primero trabaja para ofrecer el manejo cada vez más fácil de todo tipo de datos; mientras que el segundo trabaja para ofrecer la recopilación de todo el conocimiento del mundo. Me pareció abismal la definición que los distingue y la muestra evidente es el bendito ‘yutub’ con el que comenzaba este pequeño viaje. Creo que son como cien millones los videos que hay en youtube y me hizo pensar en la democratización de un ‘Mtv’ sin su elitismo per se. La televisión demócrata (si aludir la perfección) o por lo menos lo que más se le parece. En esta página de internet la popularidad es para el más visto; en fin, lo que quería compartir son algunas de las joyas que ahí he encontrado y que los pongo a veces para viajar un poco.

A veces la sangre galopa y a veces la música puede traernos de vuelta a las personas, en casos extraordinarios hasta nos traen al mismo autor de tal o aquella canción. Pero hay alguna que otra rola, no muchas, cuya fuerza emocional es tanta que tienen la capacidad de traerte a tu autor favorito y sentarlo frente a ti mientras te empieza a explicar lo que quiso transmitir al momento en el que la compuso. A veces se puede llegar a conocerl@ con tan sólo la presentación orgánica de una melodía, o de la letra triste de una canción que nos da una respuesta hoy. Pero eso sí, el resultado depende de la profundidad con la que uno busca. De ahí las veces en las que he terminado en el blog de Chach’s, porque busco demasiado y me olvido de los clásicos a los que tanto me he limitado en estos últimos años. Lo peor, es que al final casi siempre me termino dando cuenta de que la libertad en los gustos musicales también puede encontrarse, vasta, satisfactoria y experimental, precisamente dentro de los límites que uno se fija. Esto se aplica a todo. Total que quería compartirles como primer préstamo del youtube en esta publicación, la canción “Something”, sencillo aparecido originalmente en Abbey Road pero en manera de tributo a Harrison en el Concert for George en el 2002, que conmemora su fallecimiento el 29 de noviembre del 2001. Un toquín organizado por Eric Clapton en donde los invitados son Tom Petty, Billy Preston, Ringo Starr y Paul McCartney entre otros que no conozco. He aquí “Something” como una canción que me da respuesta hoy y que me trae a Harrison de vuelta para contarme historias de viajeros como las que hacía él sólo para hacer conciertos con sus amigos.



lunes, 14 de abril de 2008

Para los que quieran hacerse un tiempo para algo que esta vez sí es interesante: “El n-sexualismo como una utopía romántica” gracias a Emiliano Baigorri Theyler y a Martín Guerrero.

http://www.scribd.com/doc/2535806/Nsexualismo

miércoles, 9 de abril de 2008

Por este medio, dejando de lado la naturaleza homofóbica que emana generalmente de una frustración infantil y la hipocresía de un machismo socialmente aceptado y con las posibilidades que me otorga la titularidad de este blog, quería contra-comentar el comentario que mi querido amigo Quetza transcribió el 27 de marzo en las entradas de la primera entrega de “Por Un México Congruente” en este mismo blog; mismo que viene directamente del blog del autollamado Chidoguán:

“El límite del lenguaje de una persona es el límite de su mundo”.

lunes, 7 de abril de 2008

<< 2da Entrega >>

Tres meses antes de la elección las campañas arrancan con una intensidad nunca antes vista y el pueblo mexicano penetra una vez más en la dimensión cirquera de tres candidatos dispuestos a dejar hasta la piel en este nuevo capítulo de otra contienda electoral anunciada. El presidente interino Cuauhtémoc Cárdenas hizo lo que le correspondió constitucionalmente y aprovechó para enviar al congreso dos proyectos; el de la reforma del Estado y el de la reforma a la industria petrolera, según manifestó, son el resultado del trabajado que ha realizado durante la mayor parte de su vida. Los de la derecha, calificaron las reformas Cardenistas de ser demasiado progresistas (o sea avanzadas) para el México en el que vivimos; del otro lado, los izquierdosos desdeñaron las propuestas alegando que se trataba de una estrategia gubernamental para desviar la atención de las próximas elecciones presidenciales e incitaron a trabajar detrás de la izquierda, designar lo antes posible al candidato por el PRD y así derrotar a la derecha facciosa y mocha que pretende vender al país. El proyecto de ley del presidente interino fue rechazado por unanimidad al par de horas después de haber sido presentada en la cámara baja del congreso de la unión.

Siguiendo con los perredistas la nominación fue menos sorprendente que la última vez en que la selección mexicana de futbol no pudo ganarle a su similar de Estados Unidos. López Obrador se autoproclamó candidato por el PRD a la presidencia de la república a los once meses ya de su plantón comenzado al principio de la crisis. Lo hizo desde el castillo de Chapultepec en plena huelga de hambre y desde el mismo lugar de donde Juan Escutia se enrolló con la bandera mexicana antes de tirarse al vacío para defender hasta la muerte el honor de nuestra patria. Personajes como Fernández Noroña, el actual jefe capitalino Marcelo Ebrard, Pablo Gómez, Elenita Poniatowska, Carlos Monsiváis, Rosario Ibarra, Carlos Marín y los dos presidentes del partido Encinas y Ortega lo escoltaron en la toma de protesta de un Andrés Manuel desgastado, flaco (por la huelga de hambre) y con un tinte de pelo castaño oscuro, que le daba un aire involuntariamente juarista (según él). Se pronunció en contra de todos aquellos que lo único que quieren es verlo destruido y condenó al mega complot que, según él, aún conspira en su contra, con un discurso endurecido declamó: –que se vayan a la chingada en sus ataúdes de odio y desdén con la ofrenda que les regalamos nosotros [mentó la madre con el seño fruncido y sus seguidores estallaron en gritos y aplausos]; el pueblo mexicano que se encuentra lleno de rencor por la opresión que siempre ha sufrido proveniente de los intereses maquiavélicos de los adinerados empresarios inverosímiles ¡los mismos que me robaron la presidencia en el 2006 y se la regalaron al espurio pirurris Felipe Calderón! [Entre más aplausos, gritos, desmayos, alabanzas y el llanto desmedido de las ‘viejitas porras pro-AMLOístas’ levantó los dos brazos y de pronto comenzó a llover aplacando así, al menos por unas horas, la capa de esmog que sobre el bosque de Chapultepec seguramente provocaba la constante tos de la querida Elenita]-. Un evento sobre todo sobrenatural que apenas mereció ser caricaturizado en la sección de ‘las mangas del chaleco’ del noticiero televisa con Joaquín López Dóriga. La guerra estaba más que comenzada.

El priísmo encabezado por Beatriz Paredes decidió, no sin numerosas dificultades, abanderar como su candidato al mismísimo Fidel Herrera Beltrán ex-gobernador del estado de Veracruz porque-como-Veracruz-no-hay-dos-Veracruz-el-estado-que-late-más-fuerte-que-nunca. Dicha nominación fue el resultado de una serie de eventos que muy al estilo del partido tricolor, nadie pudo explicárselos. El fraude en el que se vio envuelto el todavía gobernador del estado de México Enrique Peña Nieto por asuntos de falsificación. Resultó que su licenciatura de abogado por la universidad Panamericana y su maestría en administración de empresas por el Tec de Monterrey son falsas; y no por falta de estudios, sino porque en su lugar, el ejecutivo del estado más poblado del país detentaba en realidad un diploma en artes escénicas emitido por Bellas Artes en la ciudad de México. He ahí la razón por la cual el sucesor de la administración del excelentísimo Arturo Montiel es tan encantador en su manera de hablar. Si bien sus ademanes elegantes y sus discursos bien pronunciados han conquistado gran parte de los corazones de las amas de casa mexiquenses, la formación de la cual presume en su perfil de Wikipedia y demás portales gubernamentales resultó ser falsa. Peor aún, habiendo indagado hasta en lo más profundo de su paso por Bellas Artes se descubrió que la calificación más alta que obtuvo fue en ‘Marionetas I, II y III’, clases en las que el noventa por ciento de sus participaciones fueron desempeñando el papel de la marioneta justamente. Por ahí se le ocurrió a un periodista la idea desafortunadísima de escribir un artículo que se intitulaba “El Regreso del -titiritero Salinas- a la política nacional” justo antes de ser demandado por difamación, calumnia, dolo, franqueza exagerada, intento de fraude, y de una calentadita a golpes fuera del portón de su departamento; sólo algunas señales que lo convencieron de huir de México desesperadamente. El segundo bombazo priísta que sorprendió a incrédulos y analistas fue el retiro inesperado de la popular pre-candidatura del góber precioso Marín. Después de su regreso a los reflectores de la política mexicana con una pre-candidatura que inspiró al priísmo nacional, sus doctores calificaron el padecimiento como ‘fatiga física extrema’ (al que algunos le agregaron la cirrosis y un par de herpes, chancro y cáncer de próstata) y tuvo que renunciar a tan prestigiosa oportunidad. En fin, en el partido las cosas son así y después del fallido intento de Labastida y Madrazo por reconquistar la profundidad del Revolucionario Institucional, al final, sin menos ni más el tricolor terminó impregnándose de la fidelidad por México. Fidel calificó su victoria como el resultado de toda una vida honesta, trabajadora, ilustre, humilde, pulcra y de deportista y mandó desde ya a construir la primera estatua de él con una mano en el corazón, la cual vigilará a los veracruzanos día y noche desde lo alto de la torre ánimas en la ciudad de Xalapa, Ver.

Ordenaditos y siempre bien vestiditos los panistas presentaron a sus precandidatos debatiendo en el canal de las estrellas y en azteca trece señal con valor. De derecha a izquierda, del más alto a la más baja, con la insignia del partido al pecho los tres precandidatos hicieron gala de su estilo refinado, su talante agrandado, su congruencia con los valores oficialistas y de sus excelentes modales; de nada más. Sin embargo, el origen de las tres figuras que se registraron para la contienda interna resultó reflejar la ruptura histórica del único partido que ganó elecciones presidenciales en lo que llevamos del nuevo siglo. Los tres precandidatos representan justamente las tres ideologías/corrientes que conforman a la agrupación política mejor portada del país. Me refiero primeramente al conservadurismo puro, dogmático y moralista (al que muchos llaman yunquismo) de la extrema derecha mexicana; personificada por Carlos Abascal, mejor conocido por su frase célebre “un pobre es un aborto de la vida” y menos conocido por su desempeño en la secretaría de gobernación en el último año del gabinete Foxista. Todavía de derecha a izquierda, osea en medio, se encontraba al que fue postulado gracias al respaldo abierto de Calderón, representante de los que todavía están convencidos plenamente de que la grandeza del neoliberalismo es la única opción para salvar al país, la derecha neoliberal mexicana sucesora de los tecnócratas de los noventa pues, el Sr. empresario Carlos Slim. La tercera candidata representa claramente la ideología de los que no tienen idea de por qué votan por el PAN, esos que tienen algo de dinero y que les da pena votar por el PRD porque lo consideran el partido de los pobres revoltosos. En esta tercera ideología de los que no tienen idea, incluyo también a los que piensan que Fox tenía buenas intenciones, a aquellos que pensaron que AMLO era igual a Chávez, a los que antes votaban por el PRI y que ahora son azules de corazón, a los que votan por el menos peor, a los que piensan que en México todo es chafa y que debemos seguir el ejemplo de los gringos, etc, etc, etc… Total que Marta Sahagún es la representante de este tercer sector del panismo y tercera precandidata oficial que muy risueña no perdió los estribos cuando Abascal la inculpó de –libertina, lujuriosa, insumisa e impulsiva- a lo que ella sonrojada sólo se dignó a contestar –uthted thabe que etho no eth thierto theñor Abathcal-. Los tres eslóganes que utilizaron en las desde ya costosas precampañas fueron: “Construyamos juntos, el reino de Dios en la tierra”, “Por un México Congruente” y “¡Vamos México, el cambio esta vez Sí es posible!”. El resultado de esta elección interna era más que previsible.