viernes, 5 de diciembre de 2008

Salut M. Daviel


Ce jeudi là, le deuxième jour de novembre 2006, je suis arrivé à la chambre 805F au 29 rue Daviel dans le treizième arrondissement. Après deux voyages en métro pour apporter les valises qui étaient chez ma tante, voilà où j’allais habiter quelque temps, ma première opportunité à Paris, mon premier petit espace dans cette nouvelle vie que je venais de commencer il y avait à peine vingt jours, quand je suis arrivé en France.

Bon, ce jeudi là dans la cuisine j’ai connu celle qui était déjà au courant du « petit mexicain » qui ne parlait pas bien le français. Léa était en train de cuisiner (probablement l’un de ses plats exotiques) et pendant que j’essayais d’exprimer mes excuses pour ne pas pouvoir bien m’exprimer, elle m’invitait à la petite soirée qu’allait se tenir le lendemain à propos de… « je ne me souviens plus » et ainsi connaître le 8ème étage qu’était, selon elle, très particulier. Cette nuit là, je me suis rendu compte qu’on pouvait regarder la pointe de la Tour Eiffel depuis la fenêtre de ma chambre et j’étais heureux. De même, j’ai mis une chanson d’Elton John et commencé à changer la façon dans laquelle la chambre était rangée. Le soir du lendemain je suis arrivé au 8ème étage où il y avait déjà des gens dans le couloir ; sans le savoir l’histoire de ma première famille à Paris avait démarré.

J’ai serré quelques mains et quelqu’un m’est invité à entrer dans la chambre qui était ouverte. C’était comme si l’on entrait dans un autre monde, un sous-monde dedans le 8ème étage qui était lui-même un monde dans ce bâtiment qui s’appelle Daviel. Immergés dans 11m2 on y entrait par centaines, la chambre était remplie de feuilles mortes, vivantes, de bambous, de dessins, de nourriture provenant des lieux exotiques, de musique, de livres et surtout d’histoires qui ne se finissaient jamais. On y pouvait marcher parmi nous, fumer des heures, rigoler, boire des cafés, des bières, de la Zubrowska, rouler des joints inachevables, construire des mondes originaux, les détruire, tuer des politiciens, nous imaginer ailleurs, faire des rencontres, pinkfloydeer, traverser l’Abbey Road mil fois sans s’arrêter, etc. Dans la chambre à Léa j’ai rencontré le poilu libanais avec ses Gauloises qui habitait au fond du couloir, la gringa qui était venue chez moi pour me demander si on pouvait parler en espagnol, le mec aux chaussures de pointe que la gringa espérée de voir en serviette et la fille qui n’a appris que la phrase « no mames » de tous les mots en espagnol qu’on utilisait et qu’elle criait en courant sans destination apparente. Ensuite on a reçu la blonde la plus voluptueuse et le gay le plus explicite que j’ai jamais connu, ils étaient arrivés pour rester avec nous ; ensemble on a fondé la République Autonome du 8ème étage. Peu après, on a doté du statu d’ambassadeur aux personnalités telles comme Laurent Trotsky, Laurent mon jumeau, le couple magnifique et scatologique Gustavo et Laetitia, le Grand Zyed, Aziza la bolivian lover, Eva ma cafetière et Eve la personne. Sans pourtant oublier des passagers comme Lex le perdu, Clémentine et la petite cousine à Léa, Yunuén, Kaliche, le frère de Laetitia et les derniers naturalisés Thaiz, Alejandro et Yves.

Enfin, des histoires très différentes qui ont convergé dans ce seul 8ème étage au 29 rue Daviel dans le treizième arrondissement à Paris pour dessiner cette grande histoire, qui est de celles qu’on n’oubliera jamais. Vous vous demanderez pourquoi est-ce que je vous écris jusqu’aujourd’hui. C’est simple, lundi dernier, le premier jour de décembre 2008, j’ai laissé mes clés du 805F à Katia. Après deux ans je quitte mon premier petite espace à Paris pour changer d’air, cette fois très bien accompagné, et avec une nostalgie du temps passé qui m’a vraiment touché. Du coup, pendant que je prenais ces photos, je me suis retrouvé avec 14 ou 17 personnes qui dansaient dans ma chambre ; je voyais comment Guillaume et Laura se donnaient des fessés ; je fumais une cigarette avec Nicolas près de la fenêtre ; je parlais de n’importe quoi avec Julie ; j’écoutais Dylan avec Léa et Real de Catorce avec Alejandro ; je rigolais avec Deborah ; je buvais une bière avec Zyed ; je prenais le petit déjeuner avec Aziza, Eva et Eve ; je discutais de la mayonnaise et de Chávez avec Gustavo et Laetitia ; j’allais voir les Rolling Stones avec Laurent ; je dînais avec Yves et Thaiz…  

Je ne le pourrai jamais oublier. Aujourd’hui on est tous partis. Demain je raconterai toujours l’histoire du 8ème étage. Ce jeudi là, en novembre 2006 j’ai rencontré des gens qui m’ont accueilli comme personne l’a fait à Paris. Voici quelques images pour qu’on se donne envie de se rencontrer plus tôt que tard. 

Le drapeaux et les signes de paix ont été descendus.

Quelques Photos








jueves, 16 de octubre de 2008

Se acabó...

Y abrí los ojos y se había acabado mi viaje a México.

Ojalá toda la vida pudiera pasarla de viaje, renovando buenas amistades, mejorando las que no lo son tanto y comenzando con ilusión algunas nuevas. Mis vacaciones de este año se acabaron, de aquí hasta diciembre, el lunes a chambear. Las cinco horas de camión hasta el DF para pensar en escribir esta entrada, las once horas de avión para reflexionar acerca de lo que hice, lo que me faltó por hacer y lo que quiero hacer el próximo año cuando regrese, porque seguro regreso, aunque no sepa cuándo exactamente. Desde hace un año creo, se me ha hecho la costumbre de dividir mi año en dos, antes y después de mi viaje a México, el segundo evidentemente es un periodo mucho más reducido, pero a lo mejor mucho más productivo. Las veces en que he regresado siempre lo hago con ideas nuevas, despejado de mente y con ganas de lustrar mis zapatos viejos, aunque casi nunca lo logre, casi nunca, esta vez sí.

Ojalá toda la vida la pudiera pasar de viaje, ojalá mis estancias siempre fueran bien recibidas, ojalá tuviera hermanos en cada puerto. Pero el tiempo pasa rápido y yo sé que dentro de poco estaré ya empacando de nuevo para subirme al tren otra vez. Ojalá la tuviera siempre para compartir esta vida con visa de turista permanente. Hoy me gustaría tener la profesión de ‘cazador de playas’, para que fueran ellas los objetivos únicos de mis viajes. Las olas, ellas, serían las encargadas de sellarme el pasaporte mientras que la arena fungiría como mi suvenir de coleccionista. Ayer quería ser ‘cazador de pinturas’, ir de país en país, de ciudad en ciudad conociendo los lugares que inspiraron a tipos como Monet, Chagall, Modigliani y Remedios Varo. Las galerías con sus obras serían mis escalas y el sentimiento de conexión con el artista, que te llega cuando te paras frente a un cuadro sería el que pesa el corazón para ver si no desborda más de lo permitido en el reglamento de vuelo.

Ahorita estoy en el aeropuerto de México, he dejado atrás Xalapa –don-de tu di-ne-ro--va-le más- y el estado de Veracruz latiendo con fuerza. Es más, en un momento pude asomarme a la ventanilla del avión y me di cuenta de que el estado latía tanto que la sangre brotaba de una herida recién abierta con la forma de la última letra del abecedario. ¿Cuándo nos volvimos gente con miedo?

Atrás dejé la supuesta vida que hubiera tenido si nunca me hubiera ido; atrás dejé a Naolinco, la playa selvática de Jicacal y sus fogatas que me han marcado tanto; atrás ya el puerto, el calor y el picnic de noche en la playa; atrás las dunas de Chachalacas; cada vez más atrás Cholula en la UDLA y ella a su vez en el Puebla al que tanto jugo me faltó sacarle; atrás, siempre atrás todo eso que hace un par de años significaba todo para mí y que hoy forma parte de la historia que cargo cuando me visto, agarro mis maletas y me subo a otro camión que me lleva hacia mi próximo destino. En esta ocasión de regreso a mi vida en el viejo continente, a terminar el ciclo que ha sufrido tantos percances desde que lo comencé en el 2004.

El recuerdo del atentado del 15 de septiembre, el sueño de la potencialidad de que un 2 de octubre vuelva a explotar. Las charlas interminables acerca de lo que ocurre en nuestro país violento, casa de las organizaciones criminales más fuertes en el mundo del narcotráfico, el ¿hasta dónde?, el ¿hasta cuándo?, el ¿quién tiene la culpa? ¿Felipe o Fidel? Nosotros cuartados de la exquisita cultura del antro, ellos cobrándoles cuotas de protección, la prensa autocensurada, muda. El -boca en boca- que distorsiona, exagera y mutila. Cada vez menos libertad pues. El hartazgo general que encamina al PRI a su regreso a los Pinos, con su Peña Nieto llegando en moto.

Todo esto aunado a la gran crisis, de la que fui el más fiel testigo, de la organización en la que más he creído en los últimos ocho años. Y me gustaría sin más dedicar esta entrada a la situación de indiferencia que noté al seno de la hache-o-te. Me di cuenta de que la hache-o-te, una organización amical en donde he pasado la mayoría de mis mejores años, se encuentra inmersa en una disputa fría entre las distintas corrientes que la conforman y que hoy la han estirado tanto hasta su deformación. Y claro que sí, me detendré para exponer a través de este medio cuáles son las corrientes que he identificado en la insuficiente visita que hice a mi ciudad natal. La razón es que por más que me detenga a analizarlas, me sigue resultando difícil escoger de cuál provengo.

Los Bustos // Calificada como descendiente directa de ‘los Culos’, ‘los Bustos’ me resultaron ser los que le rinden culto a Luis Miguel y a Fidel Herrera Beltrán, disfrutan de vestirse con camisa abierta a la mitad y pantalón con zapatos bien lustrados, los que de vez en cuando se atreven a lanzarse al antro, los que cambian más frecuentemente de grupo de ‘viejas’, los que les encanta chupar-acá-chido-conlasviejas-elpomo-yasabeshermano-¡jodertío! En fin, los de derecha pues, pero me refiero a una derecha que más que política es evidencia de la pluralidad de la que gozó la organización hache-o-te cuando unida fue vigente. Sus miembros son distinguidísimos, hay por ahí alguno que entra y sale constantemente pero cuya casa es siempre la sede oficial (antigua sede oficialísima y incubadora de la hache-o-te) pero no es mi propósito nombrarlos. No hay nada mejor que pasarse una noche entera muriéndose de risa con ellos, para mí la mejor opción cuando quieres olvidarte del golpe que te dieron al medio día.

Los Chachos // Tribu descendiente directa de aquél trío inseparable que se separó gracias a ‘la Traición’ (así con mayúscula) del innombrable y que cuenta con un líder indiscutible e incuestionable. En esta corriente encontramos el culto a la novedad musical, al podcast de Olallo, la revista R&R, los conciertos y a la única vieja que existe en la vida de cada uno de los integrantes, aunque haya por ahí alguno de sus miembros que se encela de vez en cuando. Ellos son los de la izquierda crítica, rebelde y arrogante pero la más vulnerable ante el –no- de alguna vieja. No les importa cómo vestirse, pero sí llegan a relacionarse con la gente si la rola de su estéreo vale la pena. Han trasladado su sede a la azotea de donde se puede apreciar y sobre todo mentarle la madre a la araucaria de la fidelidad. Nada mejor que un tequilita, buena música y una plática interminable con estos entrañables personajes.

Los Motas // Digamos que son el ala centrista que funge de bisagra entre los dos grandes grupos. En ella hay como tres, a veces cuatro integrantes, pero es suficiente para marcar la diferencia cuando en alguna reunión son convocados.

Los Intermitentes // En esta corriente que no es fácil de identificar sitúo a aquellos que llegan de vez en cuando o sólo en las ocasiones especiales. A ‘los intermitentes’ les molesta a sobremanera tener que escoger con qué bando salir a chupar. Ellos se fueron cuando la hache-o-te todavía funcionaba unitariamente y ellos son quizás una de las causas que provocaron la escisión dentro de la organización. Unos prefieren intentar los reencuentros y otros ya se dieron por vencidos. Pongámoslos como los partidos pequeños que se adhieren a esta o aquella corriente según lo atractivo de la idea en el momento.

Antes de seguirle, disculpen si la arrogancia aparente de esta entrada no es lo suficientemente palpable como para tropezarme con la misma piedra que dejé tirada hace un par de semanas… Al final sólo estoy recordando de dónde vengo, porque dicen que cuando no sabes a hacia dónde ir, sólo basta pararte un momento, darte la vuelta y mirar hacia atrás.

Ojalá toda la vida pudiera pasarla de viaje. Que la vida nos cobre los pasajes de ida que le debemos con regresos cada vez más firmes. Espero en serio seguir cantando cada que nos vemos, como reacción instintiva.

Que nos vaya bien…

miércoles, 20 de agosto de 2008

Otro pequeño Viaje

La música me parece tan grande. Envolverte la vida como lo hacen ciertas canciones no puede ser sólo una coincidencia como por ahí dicen muchas veces. La música me parece tan plena como un largo viaje que te lleva a lugares tan extrañamente familiares. Por ahí hace muchos años escuché en una película mexicana muy mala a un personaje citando “para descubrir nuevos mundos no es necesario cambiar de paisaje sino que mirar con nuevos ojos”, frase que sigo valorando hasta hoy enormemente. Mientras, uno sigue aquí arriba solo y quemando sus motores, mientras y hasta que alguien se atreve a abrir la puerta de un cohete con dirección al espacio. A veces me gusta entrar y concentrarme en el despegue de este tubo de metal que me atrapa resultando ser la consecuencia de las decisiones que tomo diario, igual que cualquiera. La guitarra comienza y llamo a la torre de control para darle la última señal, me tomo las píldoras de proteína y me pongo el casco cómodamente.

¿A quién no le dan ganas de despegar después de ver en las noticias el descubrimiento de una mujer de 35 años que estuvo encajada dos años en el inodoro de la casa de su novio en Ness City (los Estados Unidos), hasta que los servicios de urgencia la sacaron con una palanca?

-- Policías norteamericanos descubrieron a una mujer que vivía en el baño de su pareja. Pese a que su cuerpo estaba atrofiado por la falta de movimiento, no quería abandonar el lugar.
Una mujer de 35 años estuvo encajada dos años en el inodoro de la casa de su novio en Ness City (los Estados Unidos), hasta que los servicios de urgencia la sacaron con una palanca.
Según informó el periódico local The Hutchinson News, el novio llamó a la oficina del alguacil, el pasado febrero, para informar de que a su novia le pasaba algo raro.
Al llegar al domicilio, la Policía encontró a la mujer sentada en el inodoro, con los músculos atrofiados de no moverse y pegada a la taza. Calculó que llevaba allí sentada unos dos años.
El alguacil, Bryan Whipple, llamó a los servicios de urgencia, los cuales tuvieron que arrancar el asiento de la taza con una palanca.
Una extraña forma de vida.
El novio, que en estos dos años le llevaba comida y agua, aseguró que ella pasó allí todo ese tiempo porque quería. En un primer momento, según señaló también el alguacil: "Con sus actos, ella parecía apoyar lo que él decía, porque cuando la encontramos al principio rehusó que viniera una ambulancia".
"Ante la seriedad de la situación, llamamos a la ambulancia de todos modos, pero ella no se quería marchar", agregó el alguacil.
La Policía local estudia ahora la posibilidad de presentar cargos contra el novio por maltrato a un adulto y está también a la espera de que un estudio psiquiátrico aclare la situación mental de la mujer y el nivel de dependencia hacia su pareja.
Fuente: EFE –

Tres, dos, uno… Odisea espacial.

Hay una luz, todos la llegamos a ver en un momento u otro y el “tú no sabes lo que es, amar a alguien” también lo llegamos a escuchar, afortunadamente. Existen maneras de que te lo digan, pero de quién viene siempre fue lo que más me importó, es por eso que me doy el lujo de escogerla a ella para que me lo repita hasta quedar exhausta. Desde la primera “t” que pronuncia hasta el último “you” que canta, su voz me sigue llenando con la esperanza de que su entrega nunca va a morir. ¿Qué sería de nuestra vida si pudiéramos dedicarle hasta el suspiro más profundo a todas las cosas que nos vuelven felices? Una revolución personal en vez de andar pensando en las emancipaciones de las razas. En esta revolución cada uno sería el completo responsable de la violencia ejercida y cada uno tendría que volverse el juez de los resultados arrojados. ¿Quién se atreve a confiscarles la palabra a los pueblos que nunca se enteraron de la razón exacta por la cual se levantaron? Pobres de aquellos que creen ser los elegidos. Yo por esto me acuerdo de ti y te digo cuarenta y cuatro veces que tú puedes hacerlo todo, tú puedes hacer cada pequeña de esas cosas de las que hablamos esos días en los que vivimos juntos. Leímos historias, juntamos momentos y nos entregamos exhaustos a lo eterno de ese presente. Por eso me acuerdo, y por eso dedico esta interpretación que no podría ser de alguien más.

¡Que alguien por favor me ayude a encontrar la respuesta! ¿qué chingaos es el Calderonismo? ¿A quién se le ocurrió que México necesitaba otro ismo? Veamos, si un “ismo” al final de la palabra hace valer la existencia de una corriente, entonces éste supone que el presidente se mueve dentro de un espectro ideológico con su autoría. Entonces, así explicaríamos el aumento del salario al ejército, la pseudo-guerra que “libramos” en contra del narcotráfico, el que el país haya endorsado como la máxima política económica su enajenación neo-liberalista, el paternalismo incuestionable del titular del ejecutivo sobre su partido de origen al muy pri-estilo, la inclinación por pasar una reforma madruguera en vez de una negociada, bien planeada e incluyente, las secretarías de Estado para el compadrazgo, la gran capacidad que se necesita para pensar que las despensas clientelares significan un plan nacional de desarrollo, en fin. Una corriente ideológica que necesita haber sido bien pensada para aplicarla. Lo peor de todo es que a mi parecer tanta estupidez no fue el fruto de alguna reflexión, sino que más bien el resultado de la inercia periodística que con poca imaginación no supo cómo llamarle al grupo compacto alrededor de Felipe y que aún le sigue echando porras en la espera de algún hueso… o de que caiga. Mientras tanto, ¡que viva el Calderonismo!, sumerjámonos en su spot-bombardeo, apoyemos sus reformas, su populismo penal, que él erradicará la violencia de nuestro país, ¡Mouriño para el 2012! Y después que venga Slim y se autoproclame tercer Emperador de México.

París en agosto está completamente vacío, a excepción del barrio latino por el que estuve hace una semana con un amigo que hice en el restaurante en el que trabajé desde febrero. Paseamos por ahí un rato mientras observábamos a los turistas provenientes de todas partes del mundo y que han colonizado esa parte de la ciudad haciéndola maravillosamente apantallante para cualquiera que viene de afuera. Los parisinos, personas cuyo deporte predilecto es quejarse, tratan sobre todas las cosas de evitar esta parte de su ciudad alegando que eso no es París. Ellos prefieren lugares mucho más “branchés” como por ejemplo el barrio en donde se encuentra el Dalva (restaurante en donde trabajé) y en el cual entendí a lo que se refieren cuando hablan de esa gente a la que le llaman “la gauche caviar” (izquiera caviar) por su buen posicionamiento social y su finísima particularidad para criticar a aquellos que optan por la derecha, mientras ellos de este lado comen en pequeños restaurantes conceptuales un menú de entrada – plato – postre y comparten con nosotros (los que están detrás de la barra o en la cocina) sus bien informados puntos de vista.

El caso es que después nos fuimos en bicicleta a los campos elíseos a observar cómo en ese lugar se mezcla la juventud escandalosa, los turistas gringos y japoneses haciendo fila afuera de Louis Vuitton, las esposas de los saudís con dinero cubiertas completamente en negro, los ricos extravagantes y los millonarios de dudosa procedencia. La cultura “bling bling” en su expresión europea se pasea por la hermosa avenida a veces dando limosnas a las personas que mendigan arrodilladas frente a algún escaparate de Cartier. Es verdaderamente un espectáculo único, hay que verlo pues. Estacionamos las bicicletas y caminamos hasta el arco del triunfo, de donde cuelgan desde el primer día de julio la bandera azul con un círculo de estrellas amarillas al centro y la de Francia con motivo de la presidencia francesa de la Unión Europea que durará hasta diciembre y de la cual tanto ha alardeado Sarkozy. Al presidente francés lo tachan de ser uno de los hijos de la Berlusconización de Europa; a este espectáculo único que no sólo se ve en los campos elíseos le dicen la asunción de “la droite cassoulet” (derecha cassoulet, plato que se come cuando no hay dinero).

Haces que mi corazón cante, cosa peligrosa. Un año antes de que los jóvenes pusieran al mundo de cabeza, en el 67, la ciudad de Monterrey fue partícipe del sacrificio más famoso de la historia del rock. Hoy nuestra ciudad, preferida por la paz que ofrece a las familias de los capos del narco, tiene marcada con letras de fuego el sacrificio que un hombre afroamericano hizo frente a miles de espectadores asombrados. Haces mi todo. Me estoy acostumbrando a extrañarte todos los días, extrañamente este -otro pequeño viaje- es una proyección que atraviesa mi pensamiento permanente en ti.

Jimi Hendrix en acción.